viernes, 21 de noviembre de 2008
La vida no es un block cuadriculado...
La vida suele ser comparada con una partida de ajedréz. Estoy de acuerdo parcialmente. Vivimos anticipando los movimientos de los demás (Obviamente tendría que ser un ajedréz multidimensional), medimos las reacciones de los demás. Cuidamos la defensa mientras orquestamos el ataque. No demos atacar hasta que tengamos bien definido el plan de ataque. En fin, muchas simulitudes, sí. Sin embargo hay algo en lo que no estoy de acuerdo, y es ese acto machista, barbaro y bushista de matar al rey... joder con el pobre rey, que viva, me da igual. Para mí el objetivo del juego debería ser enamorar a la reina, una y otra vez...
lunes, 10 de noviembre de 2008
Cantame una canción...
Anda, cantame una canción, Makeba, una que hable de insurrección.
Yo quería bajar, al otro lado del pueblo, allí donde siempre estuviste.
... y le di el ojo... y las manos, y el pecho, ella tenía la voz y con ello me tenía a mí.
Adios Makeba.
Now, bird, she can fly...
Yo quería bajar, al otro lado del pueblo, allí donde siempre estuviste.
... y le di el ojo... y las manos, y el pecho, ella tenía la voz y con ello me tenía a mí.
Adios Makeba.
Now, bird, she can fly...
miércoles, 29 de octubre de 2008
Que la pena que traigo ni Dios la sabe...
Ya es miércoles, el lunes pasó sin pena ni gloria, y eso que la he llamado a la Gloria un par de veces, pero nada que contesta el móvil. El cabrón de remigio ha puesto un letrero en la ventana de la sastrería que reza “Serrado asta nuebo habiso”. Lo que le serraron a este fue el entendimiento desde muy chaval. Lo peor del asunto es que ya hace frío y sin orquídea las noches se consumen lentas… ¿Mirás? Otra vez el puto tiempo, pero no nos metamos con temas relativistas, hoy no, es mucha neurona y es miércoles, no vale la pena.
Y hablando de penas no saben la que me embarga, me refiero además de la gestora de haciendas que se ha llevado mi maquina de hacer café turco por unos impuestos que le debía, sino a la pena. Se ha ido mi orquídea por unos días, desde el sábado hasta hoy a una conferencia sobre el cambio de nombre de la FARC, parece que ahora serán mundialmente reconocidas como las FATC (Fuerzas Armadas Terroristas de Colombia) pues parece que con el escape de Lizcano han decidido cambiar completamente, modernizarse no sólo en armamento ni en métodos de tortura sino de pe a pa (si alguien sabe dónde están pe y pa favor de indicarlo en los comentarios, pero todo mundo dice lo mismo) sino en todos los sentidos. Así pues han contratado a un asesor de imagen que se rumora que es el mismo que asesoró a Michael Jackson para eso de ponerse pálido, aunque el acido muriático no le dio los resultados esperados. Dicho asesor tuvo algunos problemas para llegar en su Hummer hasta las selvas colombianas, principalmente por un atracón que se encontró en la 25 federal al salir de Los Ángeles, los de California, no los de Charlie. Al llegar a Colombia tuvo otro problema, porque un comando de las entonces FARC hoy FATC quiso virarle el camionetito, dicen que se salvó porque llevaba pegada en el tablero una foto de Chávez, pero no de Julio Cesar, sino del otro, del que compadre de Raúl y de su hermanito mayor. Al final el asesor terminó ligando con una de las compañeras de la Fuerzas ( A fuerzas, dirían los mexicanos) y con ello pudo llegar salvo a dar sus sabios consejos de consejero.
Dicen los que dicen que saben que el consejero sólo les dio dos consejos importantes: El primero fue cambiar la imagen por una más congruente, que si el membrete no explica lo que se vende pues no se vende, y es por eso que ha salido esta propuesta de cambiar el nombre. El segundo consejo es que no usaran los preservativos dos veces, por eso de la mezlcla de ADN corrosivo.
Y ¿la pena? Pues sí, la pena sigue, pero hoy me llamó y con ello dejé de espiar a mi vecina la del trasero abreviado, y me dijo que volverá un día de estos, y yo feliz porque no será un día de los otros, prefiero los de estos. Y bueno, también un día de estos o de los otros volveremos al tema del tiempo, ya con tiempo, con las misma veinticuatro horas…
Y hablando de penas no saben la que me embarga, me refiero además de la gestora de haciendas que se ha llevado mi maquina de hacer café turco por unos impuestos que le debía, sino a la pena. Se ha ido mi orquídea por unos días, desde el sábado hasta hoy a una conferencia sobre el cambio de nombre de la FARC, parece que ahora serán mundialmente reconocidas como las FATC (Fuerzas Armadas Terroristas de Colombia) pues parece que con el escape de Lizcano han decidido cambiar completamente, modernizarse no sólo en armamento ni en métodos de tortura sino de pe a pa (si alguien sabe dónde están pe y pa favor de indicarlo en los comentarios, pero todo mundo dice lo mismo) sino en todos los sentidos. Así pues han contratado a un asesor de imagen que se rumora que es el mismo que asesoró a Michael Jackson para eso de ponerse pálido, aunque el acido muriático no le dio los resultados esperados. Dicho asesor tuvo algunos problemas para llegar en su Hummer hasta las selvas colombianas, principalmente por un atracón que se encontró en la 25 federal al salir de Los Ángeles, los de California, no los de Charlie. Al llegar a Colombia tuvo otro problema, porque un comando de las entonces FARC hoy FATC quiso virarle el camionetito, dicen que se salvó porque llevaba pegada en el tablero una foto de Chávez, pero no de Julio Cesar, sino del otro, del que compadre de Raúl y de su hermanito mayor. Al final el asesor terminó ligando con una de las compañeras de la Fuerzas ( A fuerzas, dirían los mexicanos) y con ello pudo llegar salvo a dar sus sabios consejos de consejero.
Dicen los que dicen que saben que el consejero sólo les dio dos consejos importantes: El primero fue cambiar la imagen por una más congruente, que si el membrete no explica lo que se vende pues no se vende, y es por eso que ha salido esta propuesta de cambiar el nombre. El segundo consejo es que no usaran los preservativos dos veces, por eso de la mezlcla de ADN corrosivo.
Y ¿la pena? Pues sí, la pena sigue, pero hoy me llamó y con ello dejé de espiar a mi vecina la del trasero abreviado, y me dijo que volverá un día de estos, y yo feliz porque no será un día de los otros, prefiero los de estos. Y bueno, también un día de estos o de los otros volveremos al tema del tiempo, ya con tiempo, con las misma veinticuatro horas…
sábado, 25 de octubre de 2008
El tiempo que no miran los meteorólogos
Esta madrugada he despertado sobresaltado después de ejercer las tareas propias de un huérfano de decencia como lo soy y esta vez, excepcional, pero no única, acompañado de mi hermosa orquídea que tiene cuerpo de mujer y más neuronas funcionando que una convención de físicos nucleares. Permitan queridos detractores que sea en otra ocasión que justifique esta tan posesivo “mí” al referirme a la orquídea del sur que a veces me espanta la soledad con su aroma de café y sus rizos negros.
El punto es hoy que luego de llevadas a cabo las labores insalvables del encuentro y en ese singular lapso cuando los entendimientos lentamente y sin aviso alguno comienza a abandonarlo a uno (o al otro, qué más da), la mujer de la que tanto he hablado en estos dos párrafos y en muchos más a lo largo de los últimos años, formuló la pregunta que me haría volver al mundo de los vivos después de ese pequeña y deliciosa muerte: “¿Tendrás tiempo mañana de…?” Y ya el complemento de la frase no tiene la menor importancia. Lo que me he hecho despertar sin sueño y con una leve apetencia de café con brandy es esto mismo que he escrito dos renglones arriba. ¿Tendré tiempo? ¡Vaya con la pregunta! ¡Claro que tendré tiempo! Tendré como todos y cada uno de nosotros veinticuatro horas con sesenta minutos cada una de ellas. Como todos los días o casi todos los días de la vida, que hay que recordar que desde hace algunos años y por orden primero y por ordenanza después, dos días del año varían; uno teniendo veintitrés horas y otro veinticinco.
La reflexión no es gratuita ni tampoco es un golpe descarado de obviedad. Los sucesos se concatenan y luego se coluden para obligar a reflexiones que parecen ser tan fútiles como esta. Esta mañana, la anterior a la madrugada que corre en este momento, he pasado por la sastrería de Remigio a quien he encargado reducir un poco la chaqueta de gamuza que por cierto es la única que tengo. Y es que ya se viene el invierno en estas tierras boreales donde ahora habito y con la crisis global que nos agobia en estos días, he bajado un poco de peso, cosa de nada, unas cuarenta libras. Es por eso que la chaqueta ha tenido que reducirse igual que los salarios, la oferta de empleo, y hasta el culo de mi vecina, que no sé si esto último se deba a la crisis económica o a una ergonómica porque lo cierto es que se ha mudado al piso de a lado que es de una sola pieza y con una estancia chiquitica.
Decía pues que pasaba por donde el sastre tira las latas de cerveza vacías en un cajón de huevos “bachoco” para luego venderlas a dos dólares la libra. Esto se los cuento porque le he preguntado por mi chaqueta, sí, la de gamuza, la única que tengo, no podría ser otra aunque he pensado robarme una más nueva de los pijos de la oficina. El caso es que me respondido que no ha tenido tiempo estos dos días de arreglarla. Sí, cuarenta y ocho horas, que son dos mil ochocientos ochenta minutos ¿De dónde carajos saca cara este Remigio para decir que no ha tenido tiempo? El tiempo lo ha tenido ¡eso es más evidente que el tercer teorema de Femat! O quizá no sea tan evidente, esta duda es lo que me ha puesto a reflexionar… y de estas reflexiones os haré participes el lunes, que hoy tocan otras cosas.
El punto es hoy que luego de llevadas a cabo las labores insalvables del encuentro y en ese singular lapso cuando los entendimientos lentamente y sin aviso alguno comienza a abandonarlo a uno (o al otro, qué más da), la mujer de la que tanto he hablado en estos dos párrafos y en muchos más a lo largo de los últimos años, formuló la pregunta que me haría volver al mundo de los vivos después de ese pequeña y deliciosa muerte: “¿Tendrás tiempo mañana de…?” Y ya el complemento de la frase no tiene la menor importancia. Lo que me he hecho despertar sin sueño y con una leve apetencia de café con brandy es esto mismo que he escrito dos renglones arriba. ¿Tendré tiempo? ¡Vaya con la pregunta! ¡Claro que tendré tiempo! Tendré como todos y cada uno de nosotros veinticuatro horas con sesenta minutos cada una de ellas. Como todos los días o casi todos los días de la vida, que hay que recordar que desde hace algunos años y por orden primero y por ordenanza después, dos días del año varían; uno teniendo veintitrés horas y otro veinticinco.
La reflexión no es gratuita ni tampoco es un golpe descarado de obviedad. Los sucesos se concatenan y luego se coluden para obligar a reflexiones que parecen ser tan fútiles como esta. Esta mañana, la anterior a la madrugada que corre en este momento, he pasado por la sastrería de Remigio a quien he encargado reducir un poco la chaqueta de gamuza que por cierto es la única que tengo. Y es que ya se viene el invierno en estas tierras boreales donde ahora habito y con la crisis global que nos agobia en estos días, he bajado un poco de peso, cosa de nada, unas cuarenta libras. Es por eso que la chaqueta ha tenido que reducirse igual que los salarios, la oferta de empleo, y hasta el culo de mi vecina, que no sé si esto último se deba a la crisis económica o a una ergonómica porque lo cierto es que se ha mudado al piso de a lado que es de una sola pieza y con una estancia chiquitica.
Decía pues que pasaba por donde el sastre tira las latas de cerveza vacías en un cajón de huevos “bachoco” para luego venderlas a dos dólares la libra. Esto se los cuento porque le he preguntado por mi chaqueta, sí, la de gamuza, la única que tengo, no podría ser otra aunque he pensado robarme una más nueva de los pijos de la oficina. El caso es que me respondido que no ha tenido tiempo estos dos días de arreglarla. Sí, cuarenta y ocho horas, que son dos mil ochocientos ochenta minutos ¿De dónde carajos saca cara este Remigio para decir que no ha tenido tiempo? El tiempo lo ha tenido ¡eso es más evidente que el tercer teorema de Femat! O quizá no sea tan evidente, esta duda es lo que me ha puesto a reflexionar… y de estas reflexiones os haré participes el lunes, que hoy tocan otras cosas.
viernes, 24 de octubre de 2008
Dicen que lo primero es presentarse y como ya me ha presentado ahora hago la presentación. Es obvio que me llamo Catón, o al menos así quiero que me llamen.
Habrá quién ose confundirme con mis antecesores, Catón el Viejo y Catón el Joven. Para evitar estas molestias, vosotros, lectores infames, podeís llamarme Catón el chamo, o el chavalillo, o el morro, o el plebe, o el guagua, o el pibe, o el peladito. Me da lo mismo.
Hoy está de moda manifestar cosas que antes estaban reservadas a los amigos intimos, pero como nosotros (usted que lee y yo mismo) iremos intimando en este diario que algunos llaman blog, le diré algunas cosas.
Mi estado civil: Soltero, esto puede ser confirmado por mis cuatro esposas que jamás me dejarían mentir... si pudieran evitarlo.
Tendencia sexual. Soy bisexual pues generalmente practico el sexo dos veces por día. A veces más, pero es culpa de mi vecina que es muy distraída y suele olvidarse de las cosas, por lo que regresa a su departamento más de una vez y me obliga a otro encuentro sexual. Ha sido tan gratificante el sexo con ella que he pensado seriamente en invitarla a compartirlo conmigo y así dejar descansar a mi mano derecha.
Profesión: Entre otras nimiedades soy profesor de lenguas activas, conversor de desahuciados, locutor de varios locutorios, domador de ballenas grises, negrocirujando (cirujano de almas negras), copiloto especializado de transporte colectivo. Fui asesor epistolar de Jaques Cousteau hasta que me enteré que a su muerte no había recibido ninguna de mis misivas.
Trabajo actual: Actualmente dirijo un proyecto de la MIA (una función del ala disidente de la CIA y los restos de la TIA de Mortadelo y Filemón). Este secretísimo proyecto está orientado a dos objetivos específicos altamente relevantes: El perfeccionamiento de los hoyos de donuts y el combate a la crisis financiera mundial (del monopoly).
Filiación política: Anticastrista, sin duda. Me parece una putada que castren a nadie ¿Qué culpa tiene Nadie de las pavadas del resto de los mortales? APOYO FIRMEMENTE A CHAVEZ, y espero que Julio César logre ser elegido el boxeador del siglo. Sin embargo soy decididamente admirador de las izquierdas: Greta Garbo, Marilyn Monroe, July Garland, Diane Keaton, incluso demmi Moore.
Como presentación esto me parece que hemos rebasado la suficiencia. Como cotilleo ya tendremos más oportunidades.
Así es que por el momento, volvamos a vivir aunque sólo sea en pausas.
P.D. Lo del ratón se explicará sin falta el día que me salga de los Kinder sopresa.
Habrá quién ose confundirme con mis antecesores, Catón el Viejo y Catón el Joven. Para evitar estas molestias, vosotros, lectores infames, podeís llamarme Catón el chamo, o el chavalillo, o el morro, o el plebe, o el guagua, o el pibe, o el peladito. Me da lo mismo.
Hoy está de moda manifestar cosas que antes estaban reservadas a los amigos intimos, pero como nosotros (usted que lee y yo mismo) iremos intimando en este diario que algunos llaman blog, le diré algunas cosas.
Mi estado civil: Soltero, esto puede ser confirmado por mis cuatro esposas que jamás me dejarían mentir... si pudieran evitarlo.
Tendencia sexual. Soy bisexual pues generalmente practico el sexo dos veces por día. A veces más, pero es culpa de mi vecina que es muy distraída y suele olvidarse de las cosas, por lo que regresa a su departamento más de una vez y me obliga a otro encuentro sexual. Ha sido tan gratificante el sexo con ella que he pensado seriamente en invitarla a compartirlo conmigo y así dejar descansar a mi mano derecha.
Profesión: Entre otras nimiedades soy profesor de lenguas activas, conversor de desahuciados, locutor de varios locutorios, domador de ballenas grises, negrocirujando (cirujano de almas negras), copiloto especializado de transporte colectivo. Fui asesor epistolar de Jaques Cousteau hasta que me enteré que a su muerte no había recibido ninguna de mis misivas.
Trabajo actual: Actualmente dirijo un proyecto de la MIA (una función del ala disidente de la CIA y los restos de la TIA de Mortadelo y Filemón). Este secretísimo proyecto está orientado a dos objetivos específicos altamente relevantes: El perfeccionamiento de los hoyos de donuts y el combate a la crisis financiera mundial (del monopoly).
Filiación política: Anticastrista, sin duda. Me parece una putada que castren a nadie ¿Qué culpa tiene Nadie de las pavadas del resto de los mortales? APOYO FIRMEMENTE A CHAVEZ, y espero que Julio César logre ser elegido el boxeador del siglo. Sin embargo soy decididamente admirador de las izquierdas: Greta Garbo, Marilyn Monroe, July Garland, Diane Keaton, incluso demmi Moore.
Como presentación esto me parece que hemos rebasado la suficiencia. Como cotilleo ya tendremos más oportunidades.
Así es que por el momento, volvamos a vivir aunque sólo sea en pausas.
P.D. Lo del ratón se explicará sin falta el día que me salga de los Kinder sopresa.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)